9 de marzo de 2014

Historiador contemporaneo explica que Nazaret no existia en el siglo I






Tengo un amigo que es historiador de unos 50 años, he leído varios textos de el y no me cabe duda que es serio en su trabajo, junto con otro amigo mas que es fanático de la historia del cristianismo, conversamos varios días sacando diferentes conclusiones, una de ellas es la que esta expuesta en el siguiente texto, no nos quedo ninguna brecha de duda de que la famosa ciudad o aldea de Nazaret no existía en el siglo I, o por lo menos no hay ninguna prueba de que haya existido en el siglo I, sino que es de una construcción posterior. Por ende los textos antiguos que hacen suponer que Nazaret si existía en esos tiempos son necesariamente falsos o fueron escritos en otro siglo, por personas que no conocían la historia de esta ciudad o aldea, es decir... extranjeros, espero que les guste y que cada uno saque su conclusión personal. Saludos.

NAZARET

Nazaret es un nombre interesante, se suele asociar a dos cosas a Jesús llamado de Nazaret y a la población de Nazaret. Lo que vamos a tratar tiene que ver con ambos, pero de entrada nos centraremos en la viabilidad del nombre Nazaret como topónimo urbano.

Con Nazaret sucede una cosa curiosa, sabemos que existe como aldea en el siglo IV EC y que es entonces cuando adquiere su fama como población de origen de Jesús de Nazaret, sabemos también que esta poblada a mediados del siglo II EC pero… sabemos también que no lo esta anteriormente.

En otras palabras, no existía ni ciudad, ni población, ni siquiera aldea alguna -a lo sumo alguna granja en la zona- en el sitio de Nazaret entre los reinados de Octavio César Augusto y Tiberio César, época en la que se supone que vivió Jesús de Nazaret y en la que, según la totalidad de los evangelios canónicos –tanto los sinópticos como Juan- existía esa población y, además, siguiendo a Lucas –por ejemplo- como toda una ciudad en la que el propio Jesús tendrá sus más y sus menos con sus paisanos –o supuestos paisanos, tan supuestos como él mismo-. Hay que decir que eso resultaría ser milagroso, al menos entre los reinados de Octavio César Augusto y Tiberio César, porque Jesús se estaría moviendo en una ciudad inexistente habitada por fantasmas o personajes imaginarios que habrían encarnado como él.

Secuencia arqueológica de Nazaret

El caso es que en el lugar que existe la actual Nazaret no hay vestigio alguno de una ciudad anterior al 135 EC, es decir, anterior a la rebelión de Bar Kobcha. Veamos cuales son los estratos que nos ofrece la Arqueología respecto a Nazaret y sus alrededores:

Mesolítico: 13 esqueletos humanos y diversos artefactos, localizados en una cueva situada en el Monte del Precipicio. Edad de Bronce: Tres tumbas datadas entre el 2000 y el 1200 aEC, únicamente restos de cerámica funeraria.

Edad de Hierro (entre 1200 y 586 aEC): Diferentes restos cerámicos, casi todo en fragmentos, se cuentan cinco vasos, jarras y tinajas, parte del material puede ser funerario y otro no lo es. Estos restos se hallaron en cuevas y cavidades cercanas a la Iglesia de la Anunciación.

Entre el 586 y el 37 aEC: Ningún resto datado.

Entre el 37 aEC y el 70 EC: Aquí aparecen restos de lámparas funerarias, entre seis y diez lámparas de aceite en fragmentos, todas de ajuares de enterramientos. La datación puede ser la indicada pero hay ciertas dudas que podrían situar a todas o alguna de ellas en el 150 EC. Se localizaron bajo la Iglesia de la Anunciación y en grutas cercanas a ella. En el 2009 se descubre algunos restos de lo que pudiera ser una granja aislada en la zona, la datación de las estructuras es difícil pero algunos utensilios se sitúan entre el siglo I aEC y el I EC, a inicios del siglo II EC esta estructura está fuera de uso -desaparece la granja-.

Entre el 70 y el 180 EC: Más material funerario –cuatro lámparas- y un total de tres tumbas-

Entre el 180 y el 324 EC: Siete lámparas en dos tumbas. También cerámica y fragmentos de vidrio de los siglos III y IV EC, todo ello material funerario. Aquí aparecen los restos de un edificio del período romano tardoantiguo –siglo IV EC- y una moneda romana –también del siglo IV EC-.

Los comienzos de la actual Nazaret

Tenemos pues que Nazaret es solo una población de muertos –una necrópolis- entre los siglos I aEC y el II EC y alguna posible granja -no un pueblo, menos una ciudad- . Bien ¿por qué hasta el II EC? Pues porque la Arqueología nos ofrece otra prueba que nos remite al II EC, justo tras la II Guerra Judía, en concreto se trata de una piedra de mármol hallada en la sinagoga de Cesárea Marítima que ofrece un listado de familias sacerdotales que buscan refugio tras la guerra con Adriano y los lugares dónde se ubican, entre ellos hay esta cita: 

“El décimo octavo curso sacerdotal (llamado) Hapizzes, relocalizado en Nazaret”

De los veinticuatro “cursos” sacerdotales que se mencionan uno de ellos, el dieciocho, se refugia en Nazaret. Que entonces era básicamente una necrópolis utilizada sobre todo por la cercana Japha. Ahora se instala una aldea con los refugiados. Nazaret quedaba cerca de Sephoris pero, a la vez, estaba fuera de la mencionada ciudad, cosa que convenía a las familias sacerdotales dado que Sephoris era una ciudad gentil.

Los descendientes de esos refugiados son los que habitaban en la zona de Nazaret cuando es “descubierta” por la topografía cristiana en el siglo IV EC. Aunque instalados como poblamiento rural disperso, la aldea mencionada en la epigrafía, como tal, ya había desaparecido. En cualquier caso, Orígenes, en el siglo III EC, la busca y no la encuentra, en la estratigrafía tampoco hay rastro de ella.

A partir de ese momento comienza una presencia cristiana alrededor del llamado “pozo de María”, localizado algo al norte de la primera aldea judía de refugiados del siglo II EC, el poblamiento cristiano acaba por imponerse al judío que habitaba por la zona, aunque algunos pobladores judíos vuelven a aparecer en el valle para ser definitivamente expulsados en el siglo VII EC.

En cualquier caso Nazaret solo es habitada comunalmente a partir del siglo II EC, lo es como una pequeña aldea que es muy posible que desapareciese en el siglo III EC -ni hay rastro estratigráfico ni la encuentra Orígenes, que la hubiese consignado-, hasta el siglo IV no se produce una expansión urbana en la zona y la generación de una ciudad cristiana tras la “consagración” del lugar como el de la “ciudad originaria” de Jesús de Nazaret, quedando constituido como punto de peregrinación.

La búsqueda de Nazaret por Orígenes y sus conclusiones

Orígenes vivió en Cesarea Marítima entre el 231 y el 254 EC, desde allí intentó localizar la "ciudad" de Nazaret dado el apelativo de "nazareno" que el texto evangélico daba a Jesús. No lo logró, sencillamente no encontró rastro alguno de esa supuesta ciudad.

Por ello acabó por interpretar que tal lugar no existía y que debía entenderse como parte de una geografía mítica, digamos que tuvo la honestidad intelectual de hacer eso -honestidad de la que al parecer carecía Eusebio de Cesarea- .

En sus comentarios de la Hexapla Origenes expondrá su interpretación metafísica -y no de lugar real- de esa "ciudad de Nazaret", allí dirá que Nazaret es algo no terrenal y que quienes dan una interpretación física y terrena no concuerdan con la realidad.

Su explicación teológica salva su cuestión de fe pero resulta honesta con la realidad de los hechos. Así Orígenes dice que Jesús es rey de otro mundo -recordemos aquello de "mi reino no es de este mundo"- por lo cual su ciudad de origen ha de entenderse también como algo propio de otro mundo, no de este. Así esa "ciudad de Nazaret" habría de entenderse no como ciudad material -ni siquiera en ese otro mundo- sino que es algo alegórico que alude a un estado del ser, una disposición metafísica del espíritu.

Con ello Orígenes se acerca a la realidad del significado del vocablo "nazareno", no lo centra totalmente -bien por desconocimiento, bien porque desee marcar distancias- pero enfoca el asunto en la dirección probablemente correcta, la dirección que aclara meridianamente el evangelio de Felipe cuando explica que "nazareno" significa "verdadero" o "la verdad", un concepto no un gentilicio.

Años más tarde, en un afán totalmente desaforado de buscar materialidad y "pruebas materiales", Eusebio de Cesarea volverá a la versión del topónimo y, con ello, volverá a confundir la pista y a los "buscadores de Nazaret" hasta día de hoy. 

Nazaret en los evangelios

Esos son los datos de la Arqueología y la Historia, ahora bien, es fácilmente observable que estos datos no coinciden con los que ofrecen los textos básicos del cristianismo, es decir, con aquello que dicen los cuatro evangelios canónicos –unos con más y otros con menos detalle- sobre una ciudad de Galilea –y hablan de “ciudad” no de aldea o caserío- llamada “Nazaret”, especialmente el texto de Lucas se extiende al respecto. Veamos las referencias evangélicas.

En el evangelio de Mateo: 

“y fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret; para que se cumpliese el oráculo de los profetas: = Será llamado Nazoreo. =” (Mateo 2:23, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976) 

“καὶ ἐλθὼν κατῴκησεν εἰς πόλιν λεγομένην ναζαρέτ, ὅπως πληρωθῇ τὸ ῥηθὲν διὰ τῶν προφητῶν ὅτι ναζωραῖος κληθήσεται.” (Mateo 2:23, Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición)

La Biblia de Jerusalén traduce κληθήσεται por “Nazoreo” pero es muy usual utilizar la voz “Nazareno”. La palabra ναζαρέτ se traduce por “Nazaret”. 

“Y dejando Nazará, vino a residir en Cafarnaúm junto al mar, en el término de Zabulón y Neftalí” (Mateo 4:13, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976) 

“καὶ καταλιπὼν τὴν ναζαρὰ ἐλθὼν κατῴκησεν εἰς καφαρναοὺμ τὴν παραθαλασσίαν ἐν ὁρίοις ζαβουλὼν καὶ νεφθαλίμ· “(Mateo 4:13, Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición).

Aquí la voz ναζαρὰ es la que se traduce por “Nazará”. 

“Y la gente decía: «Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea.»” (Mateo 21:11, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976) 

“οἱ δὲ ὄχλοι ἔλεγον, οὖτός ἐστιν ὁ προφήτης ἰησοῦς ὁ ἀπὸ ναζαρὲθ τῆς γαλιλαίας.” (Mateo 21:11, Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición).

Ahora es el término griego ναζαρὲθ lo que se traduce por “Nazaret”.

En el evangelio de Marcos: “

Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán.” (Marcos 1:9, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976) 

“καὶ ἐγένετο ἐν ἐκείναις ταῖς ἡμέραις ἦλθεν ἰησοῦς ἀπὸ ναζαρὲτ τῆς γαλιλαίας καὶ ἐβαπτίσθη εἰς τὸν ἰορδάνην ὑπὸ ἰωάννου.” (Marcos 1:9, Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición).

La palabra ναζαρὲτ es la que se traduce por “Nazaret”.

En el evangelio de Lucas: 

“Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret” (Lucas 1:26, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976). 

“ἐν δὲ τῶ μηνὶ τῶ ἕκτῳ ἀπεστάλη ὁ ἄγγελος γαβριὴλ ἀπὸ τοῦ θεοῦ εἰς πόλιν τῆς γαλιλαίας ᾗ ὄνομα ναζαρὲθ” (Lucas 1:26, Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición).

Es ναζαρὲθ lo que se traduce por “Nazaret”. 

“Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David” (Lucas 2:4, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976). 

“ἀνέβη δὲ καὶ ἰωσὴφ ἀπὸ τῆς γαλιλαίας ἐκ πόλεως ναζαρὲθ εἰς τὴν ἰουδαίαν εἰς πόλιν δαυὶδ ἥτις καλεῖται βηθλέεμ, διὰ τὸ εἶναι αὐτὸν ἐξ οἴκου καὶ πατριᾶς δαυίδ,” (Lucas 2:4, Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición).

Nuevamente ναζαρὲθ es “Nazaret”. 

“Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret” (Lucas 2:39, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976). 

“καὶ ὡς ἐτέλεσαν πάντα τὰ κατὰ τὸν νόμον κυρίου, ἐπέστρεψαν εἰς τὴν γαλιλαίαν εἰς πόλιν ἑαυτῶν ναζαρέθ.” (Lucas 2:39, Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición).

Vuelve ναζαρὲθ a ser “Nazaret”. 

“Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón” (Lucas 2:51, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976) 

“καὶ κατέβη μετ᾽ αὐτῶν καὶ ἦλθεν εἰς ναζαρέθ, καὶ ἦν ὑποτασσόμενος αὐτοῖς. καὶ ἡ μήτηρ αὐτοῦ διετήρει πάντα τὰ ῥήματα ἐν τῇ καρδίᾳ αὐτῆς.” (Lucas 2:51, Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición).

Otra vez ναζαρὲθ se traduce por “Nazaret”. “

14 Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu, y su fama se extendió por toda la región. 
15 El iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos. 
16 Vino a Nazará, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. 
17 Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: 
18 = El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos = 
19 = y proclamar un año de gracia del Señor. = 
20 Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. 
21 Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy.» 
22 Y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?» 
23 El les dijo: «Seguramente me vais a decir el refrán: Médico, cúrate a ti mismo. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria.» 
24 Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria.» 
25 «Os digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; 
26 y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a = una mujer viuda de Sarepta de Sidón. = 
27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio.» 
28 Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; 
29 y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. 
30 Pero él, pasando por medio de ellos, se marchó” (Lucas 4:14-30, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976) 

14 καὶ ὑπέστρεψεν ὁ ἰησοῦς ἐν τῇ δυνάμει τοῦ πνεύματος εἰς τὴν γαλιλαίαν. καὶ φήμη ἐξῆλθεν καθ᾽ ὅλης τῆς περιχώρου περὶ αὐτοῦ. 
15 καὶ αὐτὸς ἐδίδασκεν ἐν ταῖς συναγωγαῖς αὐτῶν, δοξαζόμενος ὑπὸ πάντων. 
16 καὶ ἦλθεν εἰς ναζαρά, οὖ ἦν τεθραμμένος, καὶ εἰσῆλθεν κατὰ τὸ εἰωθὸς αὐτῶ ἐν τῇ ἡμέρᾳ τῶν σαββάτων εἰς τὴν συναγωγήν, καὶ ἀνέστη ἀναγνῶναι. 
17 καὶ ἐπεδόθη αὐτῶ βιβλίον τοῦ προφήτου ἠσαΐου, καὶ ἀναπτύξας τὸ βιβλίον εὖρεν τὸν τόπον οὖ ἦν γεγραμμένον, 
18 πνεῦμα κυρίου ἐπ᾽ ἐμέ, οὖ εἵνεκεν ἔχρισέν με εὐαγγελίσασθαι πτωχοῖς, ἀπέσταλκέν με κηρύξαι αἰχμαλώτοις ἄφεσιν καὶ τυφλοῖς ἀνάβλεψιν, ἀποστεῖλαι τεθραυσμένους ἐν ἀφέσει, 
19 κηρύξαι ἐνιαυτὸν κυρίου δεκτόν. 
20 καὶ πτύξας τὸ βιβλίον ἀποδοὺς τῶ ὑπηρέτῃ ἐκάθισεν· καὶ πάντων οἱ ὀφθαλμοὶ ἐν τῇ συναγωγῇ ἦσαν ἀτενίζοντες αὐτῶ. 
21 ἤρξατο δὲ λέγειν πρὸς αὐτοὺς ὅτι σήμερον πεπλήρωται ἡ γραφὴ αὕτη ἐν τοῖς ὠσὶν ὑμῶν. 
22 καὶ πάντες ἐμαρτύρουν αὐτῶ καὶ ἐθαύμαζον ἐπὶ τοῖς λόγοις τῆς χάριτος τοῖς ἐκπορευομένοις ἐκ τοῦ στόματος αὐτοῦ, καὶ ἔλεγον, οὐχὶ υἱός ἐστιν ἰωσὴφ οὖτος; 
23 καὶ εἶπεν πρὸς αὐτούς, πάντως ἐρεῖτέ μοι τὴν παραβολὴν ταύτην· ἰατρέ, θεράπευσον σεαυτόν· ὅσα ἠκούσαμεν γενόμενα εἰς τὴν καφαρναοὺμ ποίησον καὶ ὧδε ἐν τῇ πατρίδι σου. 
24 εἶπεν δέ, ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐδεὶς προφήτης δεκτός ἐστιν ἐν τῇ πατρίδι αὐτοῦ. 
25 ἐπ᾽ ἀληθείας δὲ λέγω ὑμῖν, πολλαὶ χῆραι ἦσαν ἐν ταῖς ἡμέραις ἠλίου ἐν τῶ ἰσραήλ, ὅτε ἐκλείσθη ὁ οὐρανὸς ἐπὶ ἔτη τρία καὶ μῆνας ἕξ, ὡς ἐγένετο λιμὸς μέγας ἐπὶ πᾶσαν τὴν γῆν, 
26 καὶ πρὸς οὐδεμίαν αὐτῶν ἐπέμφθη ἠλίας εἰ μὴ εἰς σάρεπτα τῆς σιδωνίας πρὸς γυναῖκα χήραν. 
27 καὶ πολλοὶ λεπροὶ ἦσαν ἐν τῶ ἰσραὴλ ἐπὶ ἐλισαίου τοῦ προφήτου, καὶ οὐδεὶς αὐτῶν ἐκαθαρίσθη εἰ μὴ ναιμὰν ὁ σύρος. 
28 καὶ ἐπλήσθησαν πάντες θυμοῦ ἐν τῇ συναγωγῇ ἀκούοντες ταῦτα, 
29 καὶ ἀναστάντες ἐξέβαλον αὐτὸν ἔξω τῆς πόλεως, καὶ ἤγαγον αὐτὸν ἕως ὀφρύος τοῦ ὄρους ἐφ᾽ οὖ ἡ πόλις ᾠκοδόμητο αὐτῶν, ὥστε κατακρημνίσαι αὐτόν· 
30 αὐτὸς δὲ διελθὼν διὰ μέσου αὐτῶν ἐπορεύετο. (Lucas 4:14-30, Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición).

Aquí es ναζαρά la voz que traducida queda como “Nazará”.

En el evangelio de Juan: 

“45 Felipe se encuentra con Natanael y le dice: «Ese del que escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús el hijo de José, el de Nazaret.» 
46 Le respondió Natanael: «¿De Nazaret puede haber cosa buena?» Le dice Felipe: «Ven y lo verás.»” (Juan 1:45-46, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976). 

“45 εὑρίσκει φίλιππος τὸν ναθαναὴλ καὶ λέγει αὐτῶ, ὃν ἔγραψεν μωϊσῆς ἐν τῶ νόμῳ καὶ οἱ προφῆται εὑρήκαμεν, ἰησοῦν υἱὸν τοῦ ἰωσὴφ τὸν ἀπὸ ναζαρέτ. 
46 καὶ εἶπεν αὐτῶ ναθαναήλ, ἐκ ναζαρὲτ δύναταί τι ἀγαθὸν εἶναι; λέγει αὐτῶ [ὁ] φίλιππος, ἔρχου καὶ ἴδε.” (Juan 1:45-46, Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición).

El término ναζαρὲτ es aquí “Nazaret”.

Nazaret, Nazará y Nazareno

En todos los casos tanto “Nazará” como “Nazaret” hacen en estos versículos referencia a la misma teórica población –recordemos que con categoría de “ciudad”-, en griego se usa ναζαρά para “Nazará”, y ναζαρὲτ o ναζαρὲθ para “Nazaret”.

Sin embargo es otra palabra la que nos acerca a la clave del misterio y… a la demostración de la construcción del texto en distintas etapas –unas muy tardías-, se trata de κληθήσεται, que puede traducirse por “Nazoreo” o “Nazareno”, porque si κληθήσεται puede ser “Nazareno” también lo puede ser ναζαρηνέ –término que aparece, por ejemplo, en Marcos 1:24 o en Lucas 4:34-, lo mismo que ναζαρηνός –que aparece en Marcos 10:47-, sucede que ναζαρηνέ o ναζαρηνός se puede traducir por “Nazareno” o –teóricamente- desglosarse en la expresión “de Nazaret”.

Y tal vez parezca lo mismo “Jesús nazareno” que “Jesús de Nazaret”, pero… resulta que no lo es, y por aquí se entiende que pasó y como, forzosamente, al menos una parte de los textos evangélicos son… del siglo IV EC, Y de paso que su contenido es de dudosa fiabilidad histórica, La clave del significado de “nazareno” la aporta un texto gnóstico de filiación valentiniana, se trata del Evangelio de Felipe, que forma parte de la Biblioteca de Nag Hammadi y está redactado en copto, el versículo 19 dice:

19a. Jesús es nombre secreto, Cristo es nombre revelado. Por eso Jesús no existe en cualesquiera [otras] lenguas, sino su nombre es Jesús como se llama. Pero su nombre Cristo en arameo es Mesías, pero en griego es Cristos. En total, está en todas las demás lenguas con arreglo a [la palabra para "ungido de] cada una. 19b. ¡El nazareno revelado es el secreto!

(Evangelio de Felipe, 19, Textos de Nag Hammadi)

Y el versículo 47 dice: “Los apóstoles que nos precedieron le llamaban así: Jesús el nazareno° Mesías— es decir, Jesús el nazareno Cristo. El último nombre es Cristo, el primero es Jesús, el de en medio es [nazareno]. Mesías tiene dos significaciones: tanto ungido como medición. Jesús en hebreo, es la salvación. Nazara es la verdad [en arameo], por eso el nazareno es el verdadero. El Cristo es la medición, el [nazareno] y Jesús son los medidos.” (Evangelio de Felipe, 47, Textos de Nag Hammadi)

Por otra parte en un versículo anterior se expone como funcionan, en ese contexto, lo que (aparentemente) son nombres, funcionamiento que si no se "conozca de antemano" lleva a un "gran engaño" pues "distrae la atención":

Los nombres que se dan (a las cosas) del mundo son susceptibles de un gran engaño, pues distraen la atención de lo estable (y la dirigen) hacia lo inestable. Y así quien oye (la palabra) «Dios» entiende no lo estable, sino lo inestable. Lo mismo ocurre con el «Padre», el «Hijo», el «Espíritu Santo», la «Vida», la «Luz», la «Resurrección» , la «Iglesia» y tantos otros: no se entienden los (conceptos) estables, sino los inestables, de no ser que se conozca (de antemano) los primeros. Éstos están en el mundo [...]; si [estuvieran] en el eón, no se les nombraría nunca en el mundo ni se les echaría entre las cosas terrenas; ellos tienen su fin en el eón.

(Evangelio de Felipe, 11, Textos de Nag Hammadi)

El evangelio de Felipe se data en el siglo III EC, no deja de resultar curioso que alguien del siglo III EC este informado de los significados de los términos “Jesús”, “nazareno” y “Mesías” o “Cristo” mientras que autores supuestamente anteriores no sólo no lo saben sino que hasta embarcan al personaje en vivencias y conflictos en... ¡una necrópolis! El autor del evangelio de Felipe es consciente de los significados crípticos de cada término –y obsérvese que cada uno de ellos es un título que refleja una cualidad o un conocimiento, ninguno es un nombre, ni de persona ni de topónimo-.

Tenemos aquí la “salvación”, la “verdad” y la “medida” –que también unge-. También tenemos una clave: como funciona la fórmula que se construye a partir de unos títulos –que elemento mide y cuales son medidos. La resultante es que “La salvación verdadera unge” y, también, “La salvación verdadera es medida”. Lo que no tenemos es ni un nombre de persona, ni un nombre de ciudad, ni tampoco un ungido sino una unción –un acto, no una persona-.

Y, todo ello, ¿quién lo explica? Pues un texto gnóstico valentiniano del siglo III EC que le enmienda la plana a los evangelistas canónicos del… siglo IV EC.

Pero no solo sucede con un texto gnóstico, también sucede con uno helenista, así la única mención que hace Celso –pese a que recoge las versiones cristianas de su época, finales del siglo II EC o principios del siglo III EC- a “nazareno” es una mención a “titulatura” o a “cualidad” no a gentilicio, es la que sigue: 

“¿Por qué los amenaza él, si desobedecieron sus mandamientos, de tratarlos como enemigos declarados mientras que el Hijo, el Nazareno, formula preceptos completamente opuestos…?” (Celso, El discurso verdadero contra los cristianos, 88)

En Celso aparece frecuentemente la palabra “Jesús” –que curiosamente no aparece cuando al comienzo relata el “affaire” Ben Panthera-, una vez “Nazareno” y ninguna una supuesta población llamada “Nazaret”.

Otra posibilidad que se apunta es que si Iesous o Iosous - ησοῦς- es la transliteración al griego de Yeshúa –ישׁוע- que significa “salvador” o “salvación”, Nazoraios o Nazarenos – ναζαρηνέ- sea la transliteración al griego del hebreo “netser” o “netzer” -סניף- que significa “rama” o "vástago". Lo que no dejaría de implicar otra referencia a titulatura, dado que quedaría así: “La salvación [brota] de la rama”. Y ese significado, relativamente críptico, nos lleva de vuelta al gnosticismo y sus características.

No obstante, respecto a esta interpretación hay algunas objeciones lingüísticas derivadas de la transliteración del hebreo al griego, según esto no se utiliza la zeta sino la sigma para transliterar la letra hebrea tzade, lo cual hace altamente improbable esa derivación.

La “hipótesis toponímica” 

Si vamos a otras fuentes en busca de referencia toponímica vemos que Flavio Josefo –que fue comandante en jefe de las fuerzas judías en Galilea- menciona a la cercana Japha –a poco más de kilómetro y medio al suroeste de la actual Nazaret- pero no menciona para nada a una “Nazaret”, pese a que hace un recuento y menciona a cuarenta y cinco ciudades y pueblos de Galilea –véase Flavio Josefo, Guerra Judía, especialmente para los incidentes de Jotapata y Japha Libro III-.

El Talmud menciona a sesenta y tres ciudades de Galilea, no aparece allí Nazaret, tampoco lo hace en ninguna fuente de la literatura rabínica antigua y… tampoco la menor referencia en el Tanaj.

La primera referencia situando Nazaret como un lugar geográfica real -Orígenes había intentado desentenderse de la cuestión por la vía del lugar mítico, bueno, desentenderse o explicarla-, viene de la mano de Eusebio de Cesárea -la misma mano que despliega tanta inventiva como desprecio a la veracidad al generar el "Testimonium Flavianum". Así, en su obra “Onomasticon” Eusebio presenta una lista geográfica de los lugares santos mencionados en la Biblia, allí aparece Nazaret.

Bien, al margen de la fiabilidad de Eusebio tenemos la cronología, el santo "Padre de la Iglesia" vive en el siglo IV EC, entonces sí se podía mencionar una Nazaret.

Para “salvar” la “hipótesis toponímica” los autores cristianos se remiten constantemente a una “insignificante aldea”, pero es que eso tampoco funciona siguiendo lo que explican los textos, especialmente lo referido en el evangelio de Lucas 4:14-30, recordémoslo: 

“14 Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu, y su fama se extendió por toda la región. 
15 El iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos. 
16 Vino a Nazará, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. 
17 Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: 
18 = El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos = 
19 = y proclamar un año de gracia del Señor. = 
20 Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. 
21 Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy.» 
22 Y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?» 
23 El les dijo: «Seguramente me vais a decir el refrán: Médico, cúrate a ti mismo. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria.» 
24 Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria.» 
25 «Os digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; 
26 y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a = una mujer viuda de Sarepta de Sidón. = 
27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio.» 
28 Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; 
29 y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. 
30 Pero él, pasando por medio de ellos, se marchó” (Lucas 4:14-30, Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976)

¿Tenemos aquí un mero villorrio que no llega a aldea? Parece que no, tenemos una sinagoga en funcionamiento y no solo parientes –caso que sucedería en algo de las dimensiones de un caserío- sino paisanos, que no dudan en intentar despeñarle por un acantilado.

Por otra parte tanto el texto de Lucas como el de Mateo llaman “ciudad” a “Nazaret”, no hablan de ningún villorrio. Luego lo que explica el texto no coincide en absoluto con una supuesta y minimalista aldea que, por otro lado, resulta que… tampoco aparece a través de la evidencia arqueológica, a partir de ella solo aparecen dos tipos de habitantes: los de las tumbas y los de una granja.

Conclusiones

¿Qué significado puede tener todo eso? Pues diverso. El primero es cronológico y remite a que la redacción definitiva de los cuatro evangelios canónicos forzosamente es posterior al 135 II EC –y ello llevaría a que “Nazaret” significaría un hito temporal para el fin de la redacción de los evangelios canónicos tal y como nos han llegado a la actualidad, a su vez explica porque en el siglo IV aparece en la topografía cristiana sacra-. El segundo es que los redactores de esas versiones de los evangelios canónicos ya han perdido de vista el significado de “nazareno”, al punto que lo confunden con un gentilicio cuando no lo es. El tercero es que la inclusión de las falsas referencias toponímicas que se derivan de “nazareno” muestran que la información que aparece en los evangelios canónicos no solo no es relativamente contemporánea a los supuestos relatados sino que, además, no es fiable y alguna de ella muy posterior. Cuarto, que resulta imposible mantener la hipótesis Q para los sinópticos en todo aquello que aparece “Nazaret” en cuanto ciudad y topónimo y “nazareno” entendido como gentilicio –en el mejor de los casos serían interpolaciones tardías y del todo alejadas en el tiempo-. Quinto, que si “nazareno” significa “el verdadero” y deriva de “nazara” –“la verdad” en arameo- nos encontraríamos ante un planteamiento enteramente gnóstico –como el que muestra el valentiniano evangelio de Felipe-. Sexto, es igualmente un planteamiento gnóstico el que remite a “netser” en cuanto a título que complementa el contenido etimológico de “Yeshúa” –que también funcionaría en ese caso como título y no como nombre propio-.

Bibliografía

Biblia de Jerusalén, edición en castellano de 1976

Carter, J.: Evangelios Apócrifos, Editorial Sirio, Málaga, 1996

Celso: El discurso verdadero contra los cristianos, Alianza Editorial, Madrid, 1988

Crossan, J.D.: El Jesús histórico, Editorial Emece

Josefo, F.: La guerra de los judíos, Editorial Gredos, Madrid, 2001

Textos Griegos del Nuevo Testamento, versión Nestle-Aland, 26/27 edición


Notas: Celso es bastante interesante por diversos motivos, en primer lugar como comienza, mencionando la historia del hijo de Panthera, muchas veces se dice que eso sale en el Talmud primero, no es cierto, Celso es de finales del siglo II EC y comienzos del III EC, el Talmud se recoge por escrito -tanto el de Jerusalén como el de Babilonia- en el siglo V EC, así que el primero que menciona eso es Celso, no el Talmud. Después Celso no diferencia en absoluto entre cristianos gnósticos y no gnósticos, para él todo es lo mismo -sin ir más lejos menciona unas cuantas veces el Pleroma y sus Eones como parte de la creencia cristiana-, después menciona a Jesús nazareno (en una ocasión, si mal no recuerdo es en 88) pero... no a Nazaret.

El problema de Nazaret es que no solo no hay ningún resto arqueológico para el siglo I EC -pero ninguno- de estructura urbana y ya se pueden dar con un canto en los dientes porque en diciembre del 2009 encontraron una granja de esa época -que hasta entonces ni eso-. A lo cual cabe añadirse precisamente que sí hay enterramientos -necrópolis-, no hay tampoco ninguna mención de Nazaret -como ciudad, el nombre como toponimo sí existía, era un valle cerca del lago Tiberiades, claro que allí no hay nada demasiado lejos entre sí, Judea o Israel es un territorio pequeño, en realidad Galilea que parece que tenga que estar lejos está a tiro de piedra de Jerusalén- en ningún listado de poblaciones, ni en el Tanaj o Antiguo Testamento, ni en la lista de ciudades y poblaciones de Galilea que presenta Josefo y tampoco en el Talmud -pese a que éste se recoge por escrito en el siglo V EC y en IV EC y gracias a los peregrinajes cristianos hacia el sitio ya hay una población establecida que crece rapidamente-. La única mención epigráfica de la que se puede inferir algún asentamiento temporal en el siglo II EC es la incripción encontrada en Cesarea Marítima y que dice que alli unos cursos sacerdotales refugiados procedentes de Jerusalén tras el desastre del 135 EC en la II Guerra Judía contra Roma. Pero eso no resuelve para nada que en el siglo I EC no haya ni rastro arqueológico de ciudad o pueblo en el sitio ni mención de la misma en ningún listado.

Lo que podría resolver eso es el misterio de que en los evangelios aparezca la "ciudad" de Nazaret y ya se la presenté como una pequeña ciudad -y seguramente sobredimensionándola- . Lo resuelve situando no el comienzo de la composición de los evangelios -que puede datarse con variables entre el año 70 y 90 EC según el evangelio del que se trate- sino la fecha final de su composición -es decir, cuando se dejan de retocar los textos o añadirles contenido- que no es nada imposible situarla después de la instalación de los refugiados, es decir, después del 135 EC. Como esa instalación es muy provisional -y lo sabemos por Orígenes, que desde Cesarea Marítima la busca en el siglo III EC y no encuentra nada, si hubiese encontrado una pequeña aldea como la instalada en el 135 EC la hubiese mencionado- eso nos da un hito para la terminación de la redacción de los evangelios canónicos que puede situarse sin excesivos problemas hacia el 140 EC -como fecha "circa" no exacta-, lo cual también coincide con las referencias a estos como "textos completos" que hay ya en la patrística de finales del siglo II EC -y el registro material que, precisamente, comienza a abundar más en esa época-.

En realidad eso solo sitúa al problema como un problema de interpretación de los redactores de la fase final de los evangelios, que al ver la palabra "nazareno" aplicada a Jesús -que es en realidad lo único escrito en griego- la interpretan como "natural de Nazaret". El problema es tan sencillo como eso y se resolvería sin problemas sino fuese por la aversión cristiana a reconocer que puede haber un mero fallo de traducción o interpretación de partes del texto escritas con anterioridad -aversión un poco imcomprensible por cuanto hay la seguridad que los textos se componen no de golpe sino en tres fases para Mateo y Lucas y puede que dos en Juan y Marcos-.

Lo que alienta y genera aún más dudas sobre el personaje de Jesús es, precisamente, emperrarse en lo de "Jesús de Nazaret" en lugar de "Jesús nazareno" y mantener como sea lo que son simples adiciones tardías a "Nazaret" como población en algunos episodios que es posible que en origen dijesen algo así como "cuando Jesús fue a su ciudad" a secas y sin mencionar nada, o "cuando se refugiaron en una pequeña pobalción mientras reinaba Arquelao" sin mencionar la misma. Dado que es imposible que en el siglo I EC nadie habitase una ciudad inexistente -¡ojo! "ciudad, población, aldea o caserio", una granja sí se podía habitar- en el valle de Nazaret resulta imposible ni que Jesús pasase su infancia alli, ni que "nazareno" fuese un gentilicio, ni que fuese a una Nazaret a predicar en la sinagoga. Eso es lo imposible, el mantenella y no enmendalla es lo que lo complica todo y arroja unas sombras el personaje a añadir a otros de otro tipo -por otras cosas del texto-.

En realidad Orígenes medio lo había resuelto al decir que "Nazaret era un lugar espiritual del mismo modo que Jesús era especial", con eso se evitaba tener que buscar un lugar físico concreto. El que la vuelve a liar es Eusebio de Cesarea que dice que no, que Nazaret es una ciudad y que además él la va a encontrar, como Eusebio es el consejero espiritual del emperador Constantino I y, además, cuenta con el más que entusiástico apoyo de la emperatriz madre Helena pues claro, se plantifican allí y encuentran lo que sea, desde "el pozo de María" -en realidad un simple pozo o fuente que por alli había- a la "gruta de la Anunciación", que deciden que es una cosa y otra porque les da la gana. Naturalmente, a partir de ahí, del anuncio oficial de esos "descubrimientos" y el favor imperial para instalar allí cualquier iglesia, comunidad religiosa y comunidad civil pues... se crea una Nazaret en ese sitio, que es la Nazaret actual.

Para la época de Eusebio -siglo IV EC- el asunto parece resuelto, la cosa se complica cuando comienza a actuar muchos siglos después la ciencia en la zona -por ejemplo, la Arqueología, y... no encuentra nada para el siglo I EC como... no sean tumbas, a eso suma la Historia documental que tampoco encuentra referencias a tal población en la época en cuestión o anterior a la misma -anterior al siglo I EC-, claro, eso empieza a generar tales interrogantes que mantener la hipótesis tradicional de raíz "eusebiana" -de una pequeña población- cada vez es más difícil, pese a lo cual se llega al absurdo por intentar mantener la idea de "una pequeña aldea", el doble salto mortal es cuando se traslada la "pequeña aldea" a "gente viviendo en grutas" -porque por la zona hay grutas-, cuando no hay el menor vestigio de eso -por ejemplo, en Capadocia hay auténticas ciudades excavadas en grutas y también subeterráneas, pero se ve claramente que lo son, y que hay alli una estructura de poblamiento, eso no pasa en Nazaret y, además, no había el menor motivo, en Capadocia sí lo había, porque esos asentamientos se organizan así por ser tierra de frontera entre Bizancio y los árabes primero y los turcos después-.

Repito, en realidad el asunto se resuelve fácil aceptando un simple problema textual que se soluciona teniendo en cuenta que esos textos se realizan a lo largo de un tiempo -no es que no existiesen antes del 140 EC, es que hasta esa época se van retocando cosas en su contenido o añadiendo contenido-. El problema es puramente de cabezonería en querer situar una ciudad donde no estaba en una época en la que no estaba.

Hay que diferenciar dos cosas de partida: a) el origen del cristianismo y b) las características arquetípicas. Para mi lo primero se explica por el gnosticismo -no por el judaísmo, solo que el gnosticismo conoce al judaísmo- y la figura de Jesús se inscribe y se genera en ese gnosticismo. 

Las características arquetípicas son otra cosa, y ciertamente se encuentran en todo el relato evangélico aquí allí y en la figura de Jesús, igualmente aparecen en otros textos neotestamentarios -el Apocalipsis posiblemente el que más-, pero... eso conlleva un riesgo y es confudir esas características que son cosa del incosciente colectivo -a fin de cuentas de ahí deriva todo arquetipo- con orígenes sincréticos en el cristianismo tan raros como llevarlo a relacionarlo con la religión egipcia, el hinduismo, religiones mesopotámicas e incluso con ciertos aspectos claramente míticos y arquetípicos atribuidos por la tradición budista a Gautama. Eso es confundir los términos y, además, lleva a muchísimas y extrañas teorías respecto al origen del cristianismo -sobre todo en relación al origen-.

No es que el cristianismo no sea sincrético que lo es -para empezar nace de una sincresis de elementos gnósticos griegos y del zoroastrismo iranio, para continuar quiere "tragarse" al judaísmo, y suma y sigue-, pero sobre todo lo es en el momento de su institucionalización, por un sencillo motivo: Constantino era adorador del Sol Invictus -que, a su vez, ya se había fundido con el mitraismo-, como por motivos políticos se apoya en el cristianismo y como el cristianismo era enormemente heterodoxo -no existía ortodoxía alguna, cada cual podía señalar algo como "el verdadero cristianismo", cuando se quiera ir a una ortodoxía en Nicea se apuntará en la parte cristiana a las formulaciones de Ireneo- no había excesivo problema para introducir aspectos del culto solar, y eso es lo que hace Constantino y es la mayor "sincresis automática y voluntaria" que puede encontrarse en la evolución del cristianismo. En ese sentido puede entenderse que hay una "OPA" entre cristianismo y Sol Invictus, en la cual, eso sí, la parte que sale perdiendo es el culto solar -digamos que pierde la condición de "invictus" y ciertas de sus características se "cristianizan"-. Para el crsitianismo no era muy complicado eso por diversos motivos: a) heterogeneidad total en su credo y ausencia de ortodoxia, b) tendencia al sincretismo -y cierto sincretismo de origen, pero no el exagerado que se atribuye muchas veces al no identificar correctamente la generación espontánea de arquetipos, precisamente... porque son arquetipos-, c) se considera un precio muy bajo a pagar en relación al paso a la "Iglesia Triunfante", d) como no había ninguna ortodoxia, pues... no había ningún problema para incluir en la ortodoxia que se genera en Nicea (al menos es el primer intento de establecer una ortodoxia, otra cosa es la medida de su logro) elementos que de haber estado establecida hubiese podido causar problemas introducirlos -cuando uno crea una norma por primera vez puede, a fin de cuentas, poner lo que quiera, es más complicado modificar una norma ya existente-.

 lo de "nazareno" viene de una voz aramea relacionada con el gnosticismo siriaco -muy posiblemente con ese-, eso se explica -con un lenguaje un tanto enrevesado- en el evangelio gnóstico de Felipe -lo de la relación entre "nazareno" el arameo y su significado como "verdad" en cierto contexto gnóstico arameo-. Pero los esenios no tienen nada que ver con eso, los esenios qumranitas son apocalípticos directamente vinculados con los asideos -eso lo expone bastante bien Mathias Delcor en su tesis doctoral publicada en 1971 y que se llama "Le livre de Daniel", porque con ese libro están relacionados los asideos que, a su vez, son... lo mismo que los esenios (o los directos antecesores de estos). Nefasta esa mezcla que realiza el amigo Colin en ese punto. 

Por cierto, lo de los esenios "pacifistas" es un mito, nada de nada -y ahí están los textos de Qumrán para demostrarlo-, lo que sí son es apocalípticos y, de hecho, son la "pata religiosa" de la base ideológica de los zelotes -aunque no eran zelotes ni colaboraban con estos-, la "pata política" de los zelotes es el nacionalismo.

Lo de las omisiones de "Nazaret" como población en los textos que menciona es correcto, no aparece en ninguna parte.

Cuando el locutor habla de "mesías" es equívoco. No es equívoco lo arquetípico de lo que describe, pero es incorrecto utilizar el término "mesías" -que solo significa "ungido" y, además, se ciñe solo a a) dos figuras concretas y "normales" dentro del judaísmo: el Sumo Sacerdote y el Rey, y b) sí, un "ungido" especial que sería el que inauguraría la época o era mesiánica-. Lo correcto hubiera sido aludir al "héroe salvífico" -ese concepto es el que usa Joseph Campbell a lo largo de "El héroe de las mil caras", en esa obra Campbell, que era mitólogo y antropólogo, aplica en la práctica lo que Jung había descrito en teoría, vaya, comprueba la existencia de los arquetipos jungianos a través de un repaso histórico de creencias y religiones diversas-. Y, sí, hay un montón de "héroes salvíficos" totalmente arquetípicos, Osiris, Dionisos, Mitra... Jesús. Pero... Jesús es uno más -un héroe salvífico arquetípico típico-, no proviene de los otros.


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